Querida Sor Isabel, hoy tenemos el corazón lleno de tristeza para despedir a una mujer excepcional que dedicó su vida al servicio y la enseñanza. Su paso por este colegio ha dejado una huella imborrable en cada uno de nosotros.
Recordaremos siempre su risa y sus enseñanzas y sus «buenos días» cada mañana. Su legado vivirá en cada rincón de éste, su colegio.
Aunque hoy nos duele su partida, sabemos que su espíritu sigue con nosotros. Descanse en paz Sor Isabel.





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